Te contamos un secreto y te pedimos por favor que se lo cuentes a todo el mundo: Crear una empresa tradicional o una empresa social lleva el mismo tiempo y esfuerzo.
Es así, la única diferencia es que el emprendimiento social genera, además de dinero, un beneficio social que llena mucho más que los bolsillos, o el colchón, o la caja de ahorro, o donde sea que guardes la pasta.